sábado, 31 de julio de 2010

El comienzo

Y ese 12 de junio de 2010 se inicia todo... cuando iba a imaginar que el descenlace sería así... por fin se desprendía de sus dolores y sufrimientos que por años tuvo que soportar. El cáncer consumía lenta y dolorosamente su cuerpo. Así concluia la vida de una queridídima tía, MI TÍA BALBINA, a quien mucho le agradezco, por su disponibilidad, cariño y preocupación hacia nosotros.
Y cumplió su promesa, de acompañarnos; me considero privilegiada de haber tenido la dicha de que ese 1 de febrero estuviese conmigo, jamás lo imaginé, fue maravilloso, el mejor regalo que pude haber recibido y así estaba destinado. Se cumplía lo que Dios le había encomendado.

Mi dolor era inmenso cuando esa mañana del viernes 11 de junio de 2010, mi madre me llama para comunicarme esta noticia. Reconciliandose con la vida, con Dios, emprendió su viaje, dejando acá a sus hijos, sobrinos y nietos. Me puse en el lugar de mis primos, sobre todo en uno de ellos, ya que compartimos desde infancia, tantos momentos, prácticamente nos criamos juntos, y verlo ahí, tan diferente, tan grande, tan hombre, me fortaleció el corazón, sentí que había cumplido, con creces su rol de madre, pero aún así, teniendo 20 años, es difícil, ver y comprender de que ya no la tendrás más físicamente, así sea para darle un abrazo, o conteniendote cuando necesitas que alguien te escuche, yo, no hubiese podido.

Así que en la misa, me armé de valor y me paré en frente de todos cuando el pastor ofreció la palabra, necesitaba agradecerle a mi tía, todo lo que había hecho. Sentía que debía hacerlo, ya que 14 años atrás no contaba con esta capacidad, pues aún era muy pequeña para entender lo que era perder a un ser querido, mi abuela (para ese entonces contaba con 6 años), y no lo hice unicamente por mí, sinó que a nombre de mi madre, mi hermana, mi padre y mi tía Bernarda. Son quienes he estado más cerca, desde que tengo uso de razón.
Mientras me reencontraba con primos que hace mucho que no veía, me contaban que uno de sus nietos (con tan sólo 4 años de edad), en el velorio había tomado una silla, se acercó al ataud y le cantó: - ¡No te vallas mámá, no te alejes de mí, adios mamá, pensaré mucho en tí... no te olvides mamá que aquí tienes tu hogar, si no vuelves pronto iré, a buscarte donde estés, no me importa donde vallas... te encontraré! Ninguna persona, así muy fuerte sea, evita quebrarse y emocionarse...

Cuando culminó la ceremonia, le pedí una hoja y un lápiz a mamá (siempre tan precavida) y apunté sinceras palabras, no tardé mucho, pues ya tenía todo en mi cabeza, pero los nervios y la emoción me descontrolaba, temía olvidar todo y quedar en blanco. Lloré su partida, con mi madre seguimos el cortejo fúnebre en el bus y le enseñé lo que hace un par de minutos había escrito, se emocionó y me agradeció esta sincera muestra de cariño.

Cuando llegó la despedida final, mi corazón palpitaba muy fuertemente, por más que lo intentara, mi yo interno me advertía de que era el momento, tomaba el control de mi cabeza, le solicité al señor de la Funeraria que me diera un espacio para despedirme por última vez de mi tía, y así, acercandome al micrófono lo hice, leí lo que en esa hojita había escrito, sentí que era el momento y la ocación adecuada para hacerlo sentí que las palabras eras exactas y precisas.

Al culminar el último párrafo observé a los presentes y me di cuenta de lo emocionados que muchos de ellos estaban, mi corazón estaba tranquilo, dejaba de palpitar con esa intensidad, volvía a la calma, a reconciliarme, me encontraba en un estado en que podía oír la voz de mi tía agradeciendome, ella era la única que sabía, que lo que estába haciendo rompía con una de mis múltiples corazas, dejé el micrófono, me acerqué a mi madre y apoyé mi cabeza en su hombro, no sabía quien de nosotras era la que más conmovida se sentía.

Me acerqué al mi primo para darle mi pésame. No olvidaré nunca las palabras que me dijo: - Gracias por las palabras a mi mami(...) ¡no sabía que la querías tanto!.

A la semana siguiente tenía que regresar a clases, retomar mi vida, sentía un vacío en mi, necesitaba llenarlo con algo... y comencé por la música, busque canciones que hablaran acerca de lo que estaba sintiendo, si bien no tengo la menor idea acerca de notas musicales, ni siquera se seguir una tonada, sólo me guio por el contenido, las letras.
De forma muy especial aparece Soraya en mi vida, encontré en uno de sus temas la siguiente frase:
"Sigo fiel a la esperanza, que un día la vida, te hará regresar" (Miento), y en el himno "Casi" lo que mi corazón necesitaba, y no paré de oirlas, seguí buscando su música, volví a su web site, y encontré algo que daría un giro a mi vida...


¡Existía un libro!... ¿pero de que se trataba? después de cuatro años... tras la partida de Soraya ¿lo encontraría en Chile?¿En Santiago?... y empecé esa busqueda, en internet, entré al sitio web de una librería (Antártica), con su sucursal en Mall plaza Tobalaba, pero me encontraba muy lejos, y no sabía exactamente como llegar hasta allá, busqué un teléfono y llamé, me desilucioné un poco, porque ya no se encontraba en dicho lugar, no sabía que hacer, me recosté en la cama, un presentimiento me decía que el libro estaba y que debía buscarlo, tenía que leerlo. Entre al sitio web de Feria Mix (Ahumada) y ahi, el milagro sucedió, ahí estaba, sin dudarlo ni por un segundo, corrí, tomé mi bolso, mi parka y mis llaves y salí rauda y veloz... encendí el mp4 y mi camino iba acompañado por la dulce voz de Sory. Al llegar a la tienda y subir al segundo piso, me puse a mirar los libros, con la esperanza de encontrarlo, pero no lo veía, le consulté a la joven que atendía, buscó en el ordenador y ¡si!... ahí estaba, ella fue por el, mis ojos brillaban, me sentía feliz, cerré mis ojos y le agradecí a mi tía y a Sory por esta oportunidad, a la jóven le pedí que me lo diera como regalo, era preciso, no podía der de otra manera. Bajé al primer piso, en busqueda de algún disco de Sory, pero el resultado no fue optimo. Emprendí regreso a casa, tiré mi bolso, me quité la parka, abrí cuidadosamente el libro como el más grande de los tesoros y comencé a leer este hermoso y gran legado de humanidad, tardé 3 días, no existia otra cosa en mi mundo más que este libro, y con lágrimas en mis ojos seguía página a página. Impresionantemente se transformaba en un espejo encontré muchas semejanzas, vivencias, que a mi corta edad ya otra persona, que nunca pude conocer en persona las había vivido y como Soraya lo decía en el texto: - Son respuestas a cientos de preguntas que necesitaba contestar.
Poco sabía en ese entonces, que este legado, esas palabras serían lo que hoy, me impulsa a construir...

1 comentario:

ecoute_mon_coeur dijo...

Que te puedo decir Koté, agradezco haber llegado a tu blog y leer tu escrito tan personal, pasé por cosas muy parecidas hace ya 13 años atrás. Y Soraya vino como respuesta en música y baluarte en vida. A ti llego en forma de un testimonio maravilloso hecho libro...
Hay seres que nos ayudan más allá del tiempo tangible y vienen a brindar luz a nuestras almas, asi es Soraya.
Un gran abrazo Kote!!